VIVEN, PERO OMITEN EL VIVIR CON EL ESFUERZO DE AJUSTARSE AL MUNDO
Viven llenos de temor y agonía dentro de sí, aquellos que están en un lugar sin querer estarlo, aquellos que luchan y golpean construyendo una dignidad aparente, efímera, llena de tropiezos causados por su vida diaria, aquellos que buscan una salida incorrecta para conseguir dinero, dinero fácil, dinero sucio, dado por personas que alimentan su ansiedad con las sustancias que llaman “amigas”, incondicionales, que estarán siempre, inclusive el día de su mismísima muerte.
Aquellos que acechan a su presa, como halcón al roedor. Buscan con quien despojar el peso que causan sus preocupaciones emocionales, su inseguridad, esa cruz que cargan por días enteros. Buscan ayuda, salida, refugio y comodidad interior, que logran conseguir por instantes que, así no lo quieran, siempre terminan yéndose, esfumándose como nubes.
Sin omitir aquellos que se esconden, para no recibir las reprendas de sus supuestos enemigos, que ansían desquitarse innecesariamente con aquellos que no lo merecen.
Algunos ni siquiera buscan, tan sólo encuentran en su camino la forma, la solución. Hay quienes la toman, hay quienes no. Decisiones que dan vuelta a su camino, que marcan el destino que tienen por cumplir.
Se alimentan de las diferencias del otro para saciar su seguridad exterior, haciendo de sí mismos máquinas basadas e impulsadas por el ego, que da a su vida un paso más al fracaso emocional que desean disfrazar con atuendos de gente cruda y sin indicios de sensibilidad. Dados a una vida llena de cosas que hacen sin quererlo, obligados a seguir la corriente de los “amigos”, esos que están en sus buenas, pero en sus malas huyen como el siervo al león cuando se ve en condiciones de peligro.
Una caótica vida, llena de abismos y brechas que abre la envidia, alimenta la codicia y afirma la avaricia, cada vez endureciendo más corazones. Corazones de piedra, que lo único que pretenden es quebrantarse y mostrar lo recóndito que tiene la bondad que han escondido con el pasar del tiempo.
Jóvenes en medio del conflicto, en medio de un orbe lleno de diferencias, de la vida que deben asumir, en medio del desorden de sus mentes, confundidas por la extrema presión social que reciben como pan de cada día. Escudriñan su alma en busca de paz interior sin tener éxito. Pasan su vida en busca de tranquilidad. Viven, pero omiten el vivir con el esfuerzo de ajustarse al mundo.
Unos encuentran razones de vivir, otros sólo deciden existir, y hay otros más arriesgados y diferentes o, como muchos dicen, los cobardes que deciden morir.
